viernes, 25 de junio de 2010

GUARDA tu FE, Consejos Cercanos al Abismo


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lunes, 21 de junio de 2010

Diligentes NO Indolentes

Los peligros que debemos cuidarnos al servir
(1)

Hay una IMPORTANCIA en nosotros los líderes y es:

“FUNCIONAR con en el OFICIO más allá de la Predica” déjeme explicarlo…

Alguien que trabajó o trabaja y tiene un oficio sabe lo que estoy hablando; Pintar no es pintar, edificar no es solo edificar.

Hay una preparación más allá que el oficio se llame pintar y eso es PREPARACIÓN previa que te prepara para ejercer a pleno tu oficio.

NUESTRO OFICIO FUNCIONA MAS ALLA DE PREDICAR.

La predicación es PARTE muy pequeña de nuestro oficio, hay una preparación MAYOR que debemos cuidar al servir en nuestro oficio y servicio. PREPARACIÓN.

Liderazgo es igual a responsabilidad.
-         JEREMÍAS es un tipo de Liderazgo que hoy nos aconseja como gestionar nuestro trabajo en la obra del señor, déjeme introducirlo a esto:

JEREMÍAS
Significa: EXALTACIÓN DEL SEÑOR o LEVANTADO POR JEHOVA.

Jeremías tenía aproximadamente veinte años de edad cuando el Señor lo llamó a ser un profeta. Predicó durante unos cincuenta años también aproximadamente.

Profetizó el castigo de Jerusalén bajo desesperadas y abrumadoras circunstancias de persecución.

Jeremías vio a su pueblo pasar de la prosperidad bajo el Rey Josías a una condición de perversidad bajo el mando de cuatro reyes impíos que levantaron ídolos y perseveraron en extraviar al pueblo.

Presenció impotente la invasión babilónica, y finalmente  para cumplimiento de su profecía la caída de Jerusalén.

Una de las características más imponentes que aprendí de Jeremías es su…
 
LLAMAMIENTO y CONSAGRACIÓN.

Dios le dijo que desde antes de nacer lo había dado por profeta a las naciones (1.5).

Él se excusó diciendo que era casi un niño, porque antiguamente los profetas y levitas eran llamados a los treinta años (1.6), pero Dios le respondió que no lo llamaba por su edad ni por sus capacidades sino porque lo había escogido.

El Señor lo tocó en la boca y lo purificó (1.9). Desde ese momento, las palabras de Jeremías como profeta fueron palabras de Dios.

En su libro, Jeremías,  abunda con  mensajes y profecías de castigo, fue un mensajero de condenación

¡Hasta se le prohibió casarse para que pudiera dedicarse de lleno a la tarea de anunciar los juicios de Dios! (16.1-13).

No podía experimentar felicidad, porque todo lo opacaba el conocimiento de que Dios estaba a punto de acabar con la ciudad santa y sacar de su tierra al Pueblo del Pacto.

A Jeremías a menudo se le llama "el profeta llorón", porque  lloraba mucho por los pecados de su pueblo (9.1) y también lo infructuosa que consideraba era su labor.

También al ver el correr de los años y la demora en cumplirse sus profecías, el profeta se quejó amargamente a Dios:
"Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí" (20.7).

Por mucho que a veces lo deseaba, no podía dejar de proclamar el mensaje de Dios porque había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos" (20.9)

Luego de proclamar y ver como Dios castigaba a su Pueblo, vivió un tiempo en Jerusalén gobernada por un funcionario Babilónico; Más tarde se marchó a Egipto, donde continuó su ministerio (43-44).

A partir de allí no se sabe nada más de lo que sucedió durante esos años con él…

Unas de las palabras que MARCA nuestro liderazgo es la que Jeremías pronuncio a los líderes de su tiempo, aquí me quiero centrar:

Jeremías 48:10  

Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su espada.”